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En la Argentina, según el censo nacional de 2010, 1.956.089 hogares no tienen acceso a agua, en su mayoría pertenecientes al ámbito rural, y de quienes acceden, se estima que aproximadamente 4 millones de personas consumen agua con concentraciones de arsénico superiores al límite de tolerancia recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Distintos relevamientos han demostrado que las poblaciones de zonas rurales de nuestro país consumen aguas con niveles de concentración de arsénico que superan de 10 a 50 veces el límite recomendado, y esta situación se presenta en al menos 16 provincias de nuestro país.

Junto con la Comisión Nacional de Energía Atómica, Alimentaris se propuso identificar materiales y dispositivos de filtración en «punto de uso» para brindar agua segura a familias rurales y en situación de vulnerabilidad afectadas por altas concentraciones de arsénico en aguas de acuíferos.

Como resultado se investigaron y seleccionaron materiales filtrantes en función de su eficiencia, adaptación al contexto y costo, y se desarrollaron ensayos con los materiales de filtración identificados tanto con aguas sintéticas como naturales de Santiago del Estero y de Chaco. 

El objetivo fue encontrar nano-materiales de alta eficiencia para uso en dispositivos de bajo costo y mantenimiento fácil que pudieran tratar aguas en áreas rurales y vulnerables que permitieran brindar agua segura para beber y cocinar en cantidades suficientes para una familia.

Los ensayos con los materiales de hierro demostraron que los materiales nanoparticulados fueron mucho más rápidos y eficientes para remover arsénico de aguas a concentraciones por encima del límite establecido por la OMS y el Ministerio de Salud Argentino. Concretamente con dos de los nano-materiales se obtuvieron resultados muy superiores a materiales tradicionales, habiéndose filtrado hasta 1500 y 1800 volúmenes de lecho bajando la concentración de arsénico de 0,495 mg/L a 0,005mg/L.